miércoles, 2 de noviembre de 2011

Nihilista



Sacaste de tu vida la esencia, si fuera posible te habrías arrancado la piel. Los ojos te cambiaron de color. Esos nuevos amantes te inducen al vómito, prefieres la muerte a la soledad. No sé en qué te convertiste, ya no tienes aliento ni cantas por la noche, ya no lloras ni gritas de histeria. Estás ausente, como muerta y a mí no me gusta cuando callas porque tu armonía me provocaba orgasmos. ¿Cuándo dejaste de llenar tu heladera con vino de cartón? Te hago falta Marla, se te nota.