lunes, 9 de enero de 2012

El Álvarez



A pesar de todas las mentiras y el abandono todavía sueño con el Álvarez sacándome la ropa con los pies, destrozándome la piel, metiéndose tan profundo que se viste de Marla y en el momento justo en que grito su nombre regresa al modo Álvarez y me cachetea.
Dormido con la boca aferrada a mi cadera, después de cantarme que le tenga miedo con aliento a plátano con curry.
Me despiertas diciéndome al oído que mi palabra no vale nada, como si no lo supiera, para luego entregarme a los brazos de otras fieras urbanas un poco más auténticas y atractivas que tu máscara, de a poco llega el resentimiento. 
Sabes aprovechar que me tienes cuando quieras para desgarrarme el alma y jugar a que nos queremos, a que somos verdaderos, a que no sabemos que tú y yo estamos destinados a asesinarnos una y otra vez, para siempre.