domingo, 1 de julio de 2012

Manual erróneo para la felicidad.


(basado en historias reales, escrito por un marciano políglota)



Las lecciones que me ha dejado el humano son simples e inútiles. El humano es un ser superficial, ignorante, celoso, agresivo, dependiente, cobarde, frágil, ególatra, egoísta, egocéntrico, ego, ego ego, por todos lados. Un ser que poco a poco pierde sus instintos animales, incapaz de aceptar culpas ni de entender verdades, amantes de escuchar y decir mentiras. Fieles al pasado, ilusionados con el futuro, inexistentes en el presente. Una masa predecible, una mente débil, un cuerpo inexplorado.

Para ser feliz el humano requiere muy poco. El primer paso es ser completamente miserable, requisito fácil de cumplir en esta época y estilo de vida occidental. El segundo paso es recordar lo miserable que son todos los demás, haciendo énfasis en el hecho de que el humano triste adora rodearse de otros seres tristes para sentirse menos solo. El tercer paso es llorar, llorar como te enseña Cortázar, llorar con mocos líquidos que se derriten, llorar sin motivo. El paso cuatro es la risa, también con mocos líquidos que se derriten y sin motivo. Paso número cinco, grandes ingestas de alcohol, marihuana, ácidos, éxtasis y otras sustancias. En la etapa seis serán necesarias grandes ingestas de alcohol, marihuana, ácidos, éxtasis y demás. Etapa siete, excesiva experimentación sexual. Paso número ocho, aclarar la dualidad de sensaciones al despertar con resaca en camas desconocidas casi todos los días (para algunas personas esta es la etapa final del tratamiento, sepa reconocerse). Etapa nueve, darse cuenta de que todo lo que estás haciendo no ayuda. Etapa diez (existen seres levemente más preparados que empiezan el tratamiento desde aquí, no lo intente si se siente más cómodo en su casa viendo TV, deberá lastimosamente pasar por todas las otras etapas), auto superación mediante excesivas actividades. Nivel once, conocer un ser con el que compartas tus dolores. Nivel doce, crear un vínculo especial con esa persona tratando de evitar todo lo descrito en el primer párrafo. Nivel trece, darse cuente que hace mucho no piensa en la tristeza y que en realidad eso es ser feliz. Último nivel, con el paso de tiempo notar que la persona en la que depositó todo su ser es todo lo que el párrafo uno indica. Vuelva a ser miserable, repita el ciclo, infinitamente.

lunes, 9 de enero de 2012

El Álvarez



A pesar de todas las mentiras y el abandono todavía sueño con el Álvarez sacándome la ropa con los pies, destrozándome la piel, metiéndose tan profundo que se viste de Marla y en el momento justo en que grito su nombre regresa al modo Álvarez y me cachetea.
Dormido con la boca aferrada a mi cadera, después de cantarme que le tenga miedo con aliento a plátano con curry.
Me despiertas diciéndome al oído que mi palabra no vale nada, como si no lo supiera, para luego entregarme a los brazos de otras fieras urbanas un poco más auténticas y atractivas que tu máscara, de a poco llega el resentimiento. 
Sabes aprovechar que me tienes cuando quieras para desgarrarme el alma y jugar a que nos queremos, a que somos verdaderos, a que no sabemos que tú y yo estamos destinados a asesinarnos una y otra vez, para siempre.