(basado en historias reales, escrito por un marciano políglota)
Las lecciones que me ha dejado el humano son simples e
inútiles. El humano es un ser superficial, ignorante, celoso, agresivo,
dependiente, cobarde, frágil, ególatra, egoísta, egocéntrico, ego, ego ego, por
todos lados. Un ser que poco a poco pierde sus instintos animales, incapaz de
aceptar culpas ni de entender verdades, amantes de escuchar y decir mentiras.
Fieles al pasado, ilusionados con el futuro, inexistentes en el presente. Una
masa predecible, una mente débil, un cuerpo inexplorado.
Para ser feliz el humano requiere muy poco. El primer
paso es ser completamente miserable, requisito fácil de cumplir en esta época y
estilo de vida occidental. El segundo paso es recordar lo miserable que son
todos los demás, haciendo énfasis en el hecho de que el humano triste adora
rodearse de otros seres tristes para sentirse menos solo. El tercer paso es llorar,
llorar como te enseña Cortázar, llorar con mocos líquidos que se derriten,
llorar sin motivo. El paso cuatro es la risa, también con mocos líquidos que se
derriten y sin motivo. Paso número cinco, grandes ingestas de alcohol,
marihuana, ácidos, éxtasis y otras sustancias. En la etapa seis serán
necesarias grandes ingestas de alcohol, marihuana, ácidos, éxtasis y demás. Etapa
siete, excesiva experimentación sexual. Paso número ocho, aclarar la dualidad de
sensaciones al despertar con resaca en camas desconocidas casi todos los días (para
algunas personas esta es la etapa final del tratamiento, sepa reconocerse).
Etapa nueve, darse cuenta de que todo lo que estás haciendo no ayuda. Etapa
diez (existen seres levemente más preparados que empiezan el tratamiento desde
aquí, no lo intente si se siente más cómodo en su casa viendo TV, deberá lastimosamente
pasar por todas las otras etapas), auto superación mediante excesivas
actividades. Nivel once, conocer un ser con el que compartas tus dolores. Nivel
doce, crear un vínculo especial con esa persona tratando de evitar todo lo
descrito en el primer párrafo. Nivel trece, darse cuente que hace mucho no
piensa en la tristeza y que en realidad eso es ser feliz. Último nivel, con el
paso de tiempo notar que la persona en la que depositó todo su ser es todo lo
que el párrafo uno indica. Vuelva a ser miserable, repita el ciclo,
infinitamente.
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